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Hiena, León y Lucy

Hiena, León y Lucy

Esta es la historia de tres cachorritos, hermanos ellos, que vivían en las calles de Quilmes, Provincia de Buenos Aires: Hiena, León y Lucy.
Los cachorros necesitaban, de manera imperiosa, de alguien que se haga cargo de ellos. Lastimosamente, las personas que tenían a su mamá, cuando esta terminó de amamantar, los dejaron en la calle.


A veces pienso en lo inevitable del destino y cómo no importa lo que hagas, siempre las cosas terminan sucediendo como se supone que deberían. Y lo que debía ser era que Hiena sea mi perro, a pesar de que esa nunca fue la idea.

Todo transcurre en el año 2016, a mediados de Julio.

Fue en las calles quilmeñas donde pasaron sus primeros días de vida una vez destetados. Desde muy pequeños comenzaron a conocer la indiferencia de la gente y pasaron a ser algo más que decoraba aquel paisaje de calles de tierra, perros abandonados y mugre.

Recuerdo cuando una noche mi mamá vio por Facebook una publicación donde pedían tránsito para ellos (en la foto se veían solo 2 de ellos).

Ella, si bien siempre me mostraba publicaciones de perros, nunca me había pedido que me haga cargo de alguno, pero aquella vez fue la excepción.

  • Hiena, León y Lucy
  • León en la calle
  • Hiena en la calle

Al día siguiente ya me encontraba en la veterinaria con los 3 cachorros. Debo aclarar que siempre estuve convencido de que eran 2 perritos nada más. Cuando me trajeron la caja y vi que eran 3, me sorprendí. ¿Quién era el perro que no aparecía en las fotos? Hiena.

El siguiente mes lo pasaron en mi habitación. Me despertaban llorando, se peleaban por la comida, jugaban todo el tiempo y así fueron pasando los días.

La salud de los 3 empezó a empeorar. Primero fue Lucy que comenzó a estar decaída y una gran hinchazón abdominal. Luego fue Hiena (el que peor estuvo de salud) que empezó con vómitos y mucha pérdida pelo (de ahí proviene su nombre). León solo se iba quedando sin pelo, pero era el que mejor estaba, siempre muy activo.

Para ese entonces yo ya estaba enamorado de León. Tenía una mirada preciosa, unos ojos muy expresivos. Habíamos hablado en casa y lo íbamos a sumar a la manada. Para Hiena ya tenía un tránsito (casualmente en la casa de Noha), y Lucy ya estaba adoptada por el novio de mi vecino, aunque se la iba a entregar cuando ella recibiera el alta del veterinario.

Todavía recuerdo aquellos 2 días fatídicos donde León no paró de vomitar. El veterinario le dio unas inyecciones, le sacó sangre y volvimos a casa. Su miedo era que fuese parvovirus, por lo cual me aconsejó separar a los hermanos.

Como había recomendado el médico, los separamos. Esa fue la última vez que los 3 hermanitos estuvieron juntos.

  • Hiena, León y Lucy
  • Hiena, León y Lucy
  • Lucy
  • Hiena
  • Hiena
  • Hiena, León y Lucy

Hiena se fue con Carla, una chica quien inicialmente se había ofrecido como tránsito para los 3 y que además los tuvo unos días durante su primer semana.
León se quedó conmigo porque teníamos que pasarle medicación por vía intravenosa.
Mientras tanto, Lucy se quedó una noche más con nosotros y al día siguiente se iba con su nueva familia.

Cuando fui a retirar los análisis de sangre el veterinario confirmó lo peor: Parvovirus

A Hiena y a Lucy se le empezó a administrar un tratamiento contra el Parvo. Una especie de tratamiento a largo plazo, ya que eran muy chiquitos para poder recibir la vacuna. Por eso, durante 30 días había que administrarle una medicación subcutánea.

Si hay una imagen que no me saco de la cabeza es la de León flaquito, triste y débil. Mi corazón se partía en mil pedazos, pero nunca dejé de hacer todo lo posible por él.

Aquella noche fue la última. Leoncito no aguantó y partió.

Cuando me desperté aquella mañana y la vi a Lucy durmiendo sobre el cuerpito de su hermano, me di cuenta enseguida. Ya se había ido. Todo el esfuerzo hecho no alcanzó, tampoco todo el amor. Sentí mucha impotencia.

Escribir esto me revuelve muchas cosas. Pasan los años y tocar este tema no es más fácil.

Hoy entiendo, y lo sé con certeza, que León se fue para darle el lugar a su hermano. Era con Hiena con quien estábamos destinados a estar juntos y a compartir la vida, no con él.

Aquel mismo día fui a buscarlo a Hiena a lo de Carla y me lo llevé a casa para hacer el tratamiento.

Siempre, cuando cuento su historia, digo lo mismo: la mejoría de Hiena inmediatamente después de la muerte de su hermano, fue increíble. Incluso la mirada le había cambiado por completo.

Fue un mes donde lo pinché casi todos días, se quejaba al principio, pero después se acostumbró. Mientras tanto nos íbamos enamorando perdidamente de él, era el bebé mimado de la casa. Ya no había mucho para discutir, se había ganado su lugar en la familia.

Todos lo amábamos menos Vicky, la segunda de mis perras, que nunca soportó que haya robado su lugar en mi habitación. Así que cada vez que tenía una posibilidad, lo mordía😂

  • Hiena
  • Hiena y Lucy
  • lucy
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  • hiena, katri y vicky
  • Hiena, León y Lucy
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Todavía recuerdo cuándo comencé a armar el rompecabezas del destino, cuando empecé a entender. Me empecé a dar cuenta de que tal vez León se había ido por una razón; donde tal vez que mi mamá me haya pedido que los ayude, no haya sido casualidad; y donde el único que no se veía en la foto de la publicación, haya sido él. 
Todo esto después de aquella vez en mi habitación.

Esa vez estaba solo en mi habitación con Hiena que dormía en el piso mientras yo, acostado en la cama, miraba la tele. Arriba mío había un estante negro con dos cuadros grandes de Volver al Futuro que apoyaban sobre la pared, y una piedra grande que servía de apoyo para que no caigan.
Hiena, de repente, se despierta exaltado. Lo raro fue que nada pudo haberlo despertado, y menos de esa manera.
Yo le preguntaba qué le pasaba y lo único que hacía era ladrarme y saltar descontrolado en el lugar.

Al ver que yo no reaccionaba como él pretendía, agarró una de mis zapatillas y la empezó a morder y revolear con mucha fiereza. Eso sí que provocó mi reacción, lo cual hizo que me parase y se la fuese a sacar antes que la rompa.

Lo que pasó después me dejó helado. En el momento en que me paré el estante se vino abajo junto con la piedra y los cuadros, explotando así los vidrios de los mismos.

Si hubiese estado 5 segundos más en la cama, el estante, los cuadros, los vidrios y la piedra, hubiesen caído sobre mí.

Tal vez fue la casualidad, tal vez no. Estoy seguro que no. No creo tampoco que Hiena esté en mi vida para evitar que se me caigan cosas en la cabeza, sino por algo mucho más profundo.

Aquella vez me di cuenta de eso.

habitacion

El tiempo pasó y nos mudamos los tres: Hiena, mi novia (increíblemente es su favorita) y yo.
Su carácter tan juguetón y bueno hizo posible que hayamos podido transitar muchos perros: Roma, Víctor, Cuper y tantos otros.

Al poco tiempo llegó Ramón, quien se convertiría en su hermano. Convivimos con Mili, a quien volvía loca. Y más tarde, llegaría el tercero de la casa (y el quinto de mi manada), Lucas.

Hoy aquel cachorrito sin pelos, y sin muchas esperanzas, tiene casi 5 años y alegra cada uno de mis días con TANTO amor que tiene para dar.

  • lucy

Les dejo este extracto de la canción Photograph de Ed Sheeran, que me tatué en honor a León y en memoria de todos aquellos que se fueron físicamente, pero permanecen en nuestra memoria y en nuestros corazones:

Loving can heal,
loving can mend your soul
[…] and it’s the only thing we take with us when we die.

We keep this love in a photograph […]
Where our eyes are never closing,
Our hearts were never broken,
And time’s forever frozen, still.

Amar puede sanar,
Amar puede remendar tu alma,
y esta es la única cosa que nos llevamos cuando nos morimos.

Mantenemos este amor en una fotografía,
Donde nuestros ojos nunca están cerrados,
Nuestros corazones nunca estuvieron rotos,
y el tiempo está congelado por siempre.

En memoria de Leoncito

4 pensamientos en “Hiena, León y Lucy”

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